Una de las piezas clave de nuestro vehículo y no siempre la más cuidada. El embrague es delicado y puede verse alterado por una mala praxis. Por ello, desde J. y R. Otero Caritón, tu servicio de recambios, pinturas y maquinaria para automóviles en Santiago de Compostela, para ayudarte a cuidar de tu coche como necesitas, hemos elaborado esta breve guía en la que sabrás exactamente cuáles son las mejores prácticas para prolongar, en buenas condiciones, la vida útil de tu embrague.
5 trucos para prolongar la vida de tu embrague
Es una de las reparaciones más caras en los talleres. Y lo cierto es que podría evitarse si sabemos qué hacer para no dañarlo. Si no quieres dejarte un dineral en cambiar tu embrague -ya que la reparación puede llegar a superar los 1.000 €- toma buena nota de estas propuestas.
Pisa a fondo y reaprende tus movimientos
Presta atención a cómo arrancas y cambias de marcha. Quizás sea un movimiento lleno de “vicios” y deberás reaprenderlo para no dañar el embrague. Lo mejor es pisar el pedal a fondo cada vez que quieras cambiar de marcha, con el fin de evitar cambios bruscos ni fricciones que afecten al embrague.
Reacomoda tu asiento para favorecer el movimiento
A veces, el hecho de no pisar adecuadamente el embrague cuando lo necesitamos viene dado por una mala colocación del asiento. Si tu posición no te permite presionar el pedal hasta el fondo, es un indicador de que debes reacomodar tu asiento.
Evita brusquedades
Lo ideal para no dañar el embrague es evitar movimientos bruscos. Trátalo con suavidad (sin soltarlo con demasiada rapidez) y písalo solo cuando realmente sea necesario durante la conducción (no es una buena idea dejarlo presionado en un semáforo ni dejarlo presionado en pendiente para aprovechar la inercia, estas prácticas acortarán la vida útil de tu embrague).
En lo que a evitar brusquedad se refiere, el momento del arranque se vuelve fundamental. Suelta poco a poco el pedal y acelera lo justo. Cuando el coche ya se haya calentado es el verdadero momento para subir paulatinamente las revoluciones, no antes.
Busca un movimiento coordinado
La clave está en el juego entre brazo y pie. Si no tienes el embrague bien pisado no busques la acción de la palanca de cambios. Y no lo sueltes hasta que hayas introducido por completo la nueva marcha.
Busca el control del pie izquierdo
Por último, queremos hacer hincapié en un detalle que a veces pasa desapercibido para un gran número de conductos. La inactividad del pie izquierdo. ¿Eres consciente de cómo lo estás usando durante la conducción? La mejor costumbre es situarlo en el reposapiés para evitar movimientos involuntarios y golpeteos al pedal que, sin querer, activen su mecanismo y provoquen una indeseada fricción.
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Recuerda que disponemos de productos y accesorios para vehículos en Santiago, así que si necesitas alguno no dudes en contactar con nosotros.